Esta rama de la podología, centra su atención en el tratamiento no quirúrgico de los trastornos biomecánicos de las extremidades inferiores, especialmente cuando el movimiento y la función del pie y el tobillo están fuera del rango de los límites normales.
Algunos problemas que incluye la ortopodología son el dolor del talón, deformidades congénitas, pies planos, lesiones deportivas, juanetes, dedos en martillo, úlceras diabéticas, artritis y tendinitis.
Los tratamientos ortopodológicos permiten un abordaje conservador muy efectivo para numerosas patologías de los pies. Según la edad y actividad del paciente se persiguen distintos objetivos:
- Niños: Corregir alteraciones estructurales y deformidades del pie en la gran mayoría de los casos.
- Adultos: Aliviar molestias (los pies ya están estructurados y apenas se pueden corregir), curar ciertas lesiones y mejorar la marcha.
- Ancianos: Conseguir una marcha sin dolor, confortable, estable y segura.
- Deportistas: Aliviar molestias, curar ciertas lesiones y mejorar el rendimiento deportivo.
- Pies de riesgo: Prevenir lesiones por sobrecarga mecánica, aliviar molestias y mejorar la calidad de vida.
Forman parte del tratamiento ortopodológico que prescribe el podólogo:
- Plantillas de diseño personalizado.
- Ortesis de silicona: Separadores y anillos digitales, juaneteras, omegas, crestas subdigitales…
- Prótesis de silicona: Prótesis digitales, de Barrachina…
- Ayudas para la marcha: Andadores, bastones, muletas…
- Ortonixia: Correctores ungueales (de las uñas).
- Modificaciones del calzado: Cuñas, alzas, balancines, tacones anteriores…
- Calzados especiales y terapéuticos: Postquirúrgicos, ortopédicos, para diabéticos y pies de riesgo…
- Otros: Vendajes funcionales, elásticos, de yeso, tobilleras…