A lo largo de la vida nuestros pies han soportado mucho peso, han caminado mucho y sus músculos, huesos, articulaciones… también se ven afectados por el envejecimiento. El cuidado de los pies durante la tercera edad, junto con tratamientos ortopédicos adecuados y/o ayudas para la marcha pueden mejorar la independencia del anciano, prevenir caídas y otros problemas asociados a la inmovilidad.
Caminar bien llegada la tercera edad aumenta la autoestima, permite mantener una vida social satisfactoria y mejora notablemente la calidad de vida del anciano.
A medida que van transcurriendo los años los seres humanos nos vamos volviendo más torpes en nuestros movimientos y los trastornos de la marcha comienzan a ser habituales a partir de los 60 años. Todo ello, que forma parte de una evolución natural en nuestro proceso de envejecimiento (algo a lo que aspiramos todos
siempre que consigamos tener una calidad de vida digna) y que tiene a grandes rasgos sus causas principales en:
- Cambios psicológicos
- Cambios neurológicos
- Cambios metabólicos
- Secuelas a lesiones o traumatismos
- La escasez de recursos y medios
- Cambios psicológicos:
Es frecuente a estas edades encontrar los pacientes con ciertos cuadros psicológicos más o menos complejos y cambios de humor que se manifiestan en tedio y desmotivación, esta actitud se manifiesta en su forma de caminar. Hay que cuidar las relaciones afectivas que a estas edades son de especial importancia para que los mayores eleven su autoestima. - Cambios neurológicos:
Estos cambios pueden ser fruto de problemas vasculares como las hemiplejías que son bien conocidas y seguidas. O bien como nos indica el Dr. José Masdeu, director del Área de Neurociencias de la Clínica Universitaria de Navarra, los trastornos de la marcha afectan principalmente al sistema de movimientos axiales o de eje, expresándose sobre todo con pasos cortos, rigidez, torpeza al caminar y al mover el tronco además
de la dificultad de cambiar de postura cuando están acostados, no obstante las personas con este problema pueden mover perfectamente los brazos y las manos para escribir, comer, lavarse u otras actividades. - Cambios metabólicos:
El funcionamiento menos ágil de los sistemas metabólicos, ocasionan en la tercera edad una serie de síntomas, siendo los más importantes:- La osteoporosis: Es la pérdida de masa ósea, por la falta de fijación del calcio que afecta principalmente a las mujeres a partir de la menopausia y se traduce en la deformación de las piezas anatómicas con el consiguiente cambio en la forma de las mismas, dando origen a la torsión, lateralización o aplanamiento de las estructuras óseas, debido a ello se pierde talla y las extremidades inferiores tienden a arquearse en sentido interno (valgo) o externo (varo), entendiendo que estos cambios, son debidos a la osteoporosis y producen un funcionamiento biomecánico diferente. Hay que considerar la frecuencia de fracturas que en estas edades se producen siendo las más comunes las que afectan a las caderas.
- Las enfermedades reumáticas: Con el paso de los años las lesiones degenerativas que van afectando a las articulaciones limitan losmovimientos de las mismas con la consiguiente rigidez o anquilosis de las articulaciones afectas, entendiendo tamb ién que ello contribuye al cambio en la forma de caminar.
- La diabetes: Enfermedad que a lo largo de los años produce según los casos lesiones mas o menos importantes que están comentadas en capítulo monográfico. Ver (pié diabético)
- La gota: Dicha enfermedad produce lesiones en el ámbito articular importantes y en ocasiones la mayor gravedad de las mismas obedece a un mal cuidado de la enfermedad a lo largo de la vida por falta de disciplina, ya que se precisa una dieta estricta además de los tratamientos médicos adecuados.
- Secuelas a lesiones o traumatismos: Las lesiones por fractura, traumatismos o intervenciones quirúrgicas dejan secuelas que en muchos casos producen limitaciones de movimiento así como variación de ejes, condicionando la mecánica y por lo tanto la marcha.
- La escasez de recursos y medios: La escasez de recursos económicos que en muchas ocasiones se reduce a estas edades, junto con el desconocimiento de conductas a seguir, propician que muchos ancianos empeoren de sus problemas mecánicos.